1 de octubre y sufragio femenino

Hace exactamente una semana, el día 1 de octubre, se cumplió el 87 aniversario de la legalización del sufragio femenino en España. A pesar de no haber podido publicar esta entrada en su momento, me gustaría escribir una pequeña reseña unos días después. El sufragio femenino es un asunto al que tengo especial cariño ya que fue el tema que escogí para mi Trabajo de Fin de Grado, y que me ha apasionado desde entonces. Además, gracias a ello, empecé a conocer a una de las figuras históricas que más admiro, Clara Campoamor.

En primer lugar, me gustaría aclarar brevemente el momento en el que se sitúan los acontecimientos. En 1930  se produjo la dimisión de Primo de Rivera, quien llevaba a sus espaldas un régimen dictatorial de unos 7 años. En el verano de 1931 se convocaron elecciones, primero municipales para el 12 de abril, las cuales serían seguidas de las parlamentarias. Sin embargo, ya en las elecciones municipales, socialistas y republicanos se alzaron con la victoria en 41 de 50 capitales de provincia y en la mayoría de las ciudades españolas más relevantes. El 14 de abril de 1931 se declaró la Segunda República en España y se pactó la salida del rey, Alfonso XIII, del país. El Gobierno Provisional, políticamente muy heterogéneo, se hizo cargo de la situación y convocó elecciones a Cortes Constituyentes para el 28 de junio de ese mismo año. Los resultados de estos comicios fueron liderados por la coalición republicana-socialista, lo que otorgaba un matiz progresista al nuevo gobierno. Estos acontecimientos crearon un clima de ilusión, ya que los españoles se vieron un poco más cerca de sus reivindicaciones democráticas. Dentro de estas esperanzas, nos encontramos a las mujeres, quienes esperaban de manos de la República una mejora de sus derechos.  

En las anteriormente mencionadas elecciones a Cortes Constituyentes junio del 31 se dio una novedad significativa: Miguel Maura, Ministro de Gobernación, emite un decreto que (entre otras cosas) admite el derecho electoral pasivo de la mujer. Esto quería decir que las mujeres podían aparecer como candidatas en las listas de los partidos, con su consiguiente escaño en el congreso, pero no podían ejercer el derecho a voto. Dentro de los nuevos 470 diputados nos encontramos a dos mujeres: Victoria Kent, por el Partido Radical-Socialista y a Clara Campoamor, por el Partido Radical. Tras la constitución de las Cortes se procedió a la convocatoria de una Comisión que se encargaría de la redacción de un Proyecto de Constitución, posteriormente debatido en sesión parlamentaria para su entrada en vigor como texto constitucional. Una de las componentes de dicha comisión fue Campoamor.




Clara Campoamor era una figura conocida dentro de la esfera política española. Fue una de las tres primeras abogadas colegiadas en Madrid, formó parte de manera activa en diversas asociaciones sufragistas y feministas, frecuentó las reuniones y charlas en el famoso Ateneo y era una de las grandes activistas de su época. Campoamor tenía claro que hombres y mujeres debían tener los mismos derechos dentro de una democracia y estaba dispuesta a luchar por que eso fuera así. 

Fue Clara Campoamor la que tomó la iniciativa de añadir la condición de "sexo" en en el párrafo de la constitución en el que se hacía referencia a la negación de privilegios jurídicos por unas cuestiones u otras. Por lo tanto, en el Proyecto de Constitución la Ley Electoral, art.34, decía así: 
Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 21 años tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes

Poco después, el proyecto sale a debate parlamentario y el conflicto empieza. Por cuestiones meramente ideológicas parece lógico pensar que los partidos republicanos y socialistas estuvieran a favor del sufragio femenino, pero desgraciadamente, no fue así. Ya en los comienzos del debate algunos diputados socialistas recurrieron al argumento de que el voto de la mujer sería un gran mal para la República puesto que era de carácter conservador por estar influenciado por la Iglesia. También se escucharon propuestas como mínimo sorprendentes: imposición de unas condiciones concretas que demostraran la autonomía ideológica de la mujer, una edad mínima distinta para ellas, restringir el voto a las mujeres trabajadoras, ir aumentando de forma gradual el campo de actuación de sus votos(municipales, provinciales,...), incluso el derecho de la República a derogar el voto femenino en caso de que votara "con los curas". En contra se situaron partidos como el Radical-Socialista, Acción Republicana o el Partido Radical, por el cual era diputada Campoamor y con el que ella había pensado que podía contar desde el primer momento. Como es evidente, esto provocó un sentimiento de abandono en Campoamor, que veía como ni siquiera su partido se ponía de su lado. Esto es algo que ella trató en su obra: Mi pecado mortal:el sufragio femenino y yo.  Sin embargo, ella persiste y llama a la coherencia de un supuesto sistema democrático que pretende dejar fuera del mismo a la mitad del la población. 

Llegó así el día más importante, el 1 de octubre. Fue en esta fecha cuando se produjo uno de los cara a cara más duros para Clara Campoamor, el que tuvo con la otra única mujer que había en el parlamento, Victoria Kent. Esta última se posicionaba en contra de la concesión del sufragio porque consideraba que la mujer no estaba preparada para ejercer este derecho, aunque reconocía que diciendo esto rechazaba un ideal propio. Nos podemos imaginar lo morboso del asunto: dos mujeres que aparecían como contrincantes en un mundo dominado de pies a cabeza por hombres. En las actas del congreso se recogen las frecuentes burlas, bromas y risas que estas dos mujeres tuvieron que soportar durante la sesión. También apoyarán a Campoamor algunos diputados del Partido Socialista, uno de Acción Republicana y Companys, de Esquerra Republicana.
Tras el debate, se procedió a la votación. Con 161 votos a favor y 121 en contra, el 1 de octubre de 1931 se legaliza el sufragio femenino en España. Las elecciones de 1933 serían las primeras en las que las mujeres españoles ejercerían su derecho a voto. Como ya sabemos, tras la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista, el sufragio quedará anulado hasta la Transición (1978). 

Sin embargo, creo que es importante incidir en el hecho de que, a pesar de que muchas veces nos bombardeen desde los medios con ello, las primeras elecciones democráticas en España no fueron las de 1978, sino las de 1933. También creo que es imprescindible que se sepa quién fue Clara Campoamor y lo que hizo por la democracia y el avance en nuestro país. Tradicionalmente, los libros de Historia no nos han dejado muchos nombres femeninos en sus páginas, pero quizás sea hora de cambiar este hecho, puesto que guardamos en nuestro pasado muchas mujeres que merecen ser reconocidas y estudiadas. 

*Bibliografía recomendada:
(aquí os dejo algunas de las obras que me sirvieron para redactar mi TFG, que es de donde he sacado la información para elaborar este texto, y a las que podeís recurrir en caso de que el tema os interese)

CAPEL, Rosa Mª: El sufragio femenino en la 2ª República española, Granada, Universidad de Granada, 1973.

MORENO SECO, Mónica: "Las mujeres de la República y la Guerra Civil desde la perspectiva democrática actual", Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, Nº21, 1999, pp. 63-82.

VALCÁRCEL, Amelia: El debate sobre el voto femenino en la Constitución de 1931, Madrid, Congreso de los Diputados, 2002.

Comentarios

  1. Muy interesante Paula! Para los que no sabemos de historia siempre viene bien leer estas curiosidades y aprender un poco más :)

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    1. Muchas gracias Pilar! me alegro de que te haya resultado entretenido de leer, la verdad es que hay cosas muy importantes de las que nos enseñan muy poco ;)

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  2. Hola Paula! estoy de acuerdo contigo, la historia no ha sido justa con el género femenino y sería necesario incluir en los libros de historia y de ciencia los nombres de muchas mujeres que deben ser reconocidas.

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