La profesión docente: un pulso al fracaso




Durante esta sesión hemos tenido que reflexionar sobre una serie de cuestiones a partir de la visualización de un vídeo. Este documental trata sobre el modelo educativo por el que ha apostado la Fundación Tomillo, que cuenta con varios centros dentro de la Comunidad de Madrid. En este caso se habla del centro que la fundación tiene en Carabanchel y que se dedica principalmente a ayudar a seguir con su formación a jóvenes que han sido "expulsados" del sistema educativo tradicional. 

Antes de entrar en el tema que se me ha asignado para valorar en el vídeo me parece importante hacer una reflexión sobre un concepto fundamental: fracaso escolar. Para las instituciones, un alumno que presenta un caso de fracaso escolar es aquel que no ha conseguido alcanzar las exigencias de conocimientos que se creen apropiadas o necesarias para su edad. Pero, ¿no es este concepto demasiado general? Si todos somos conscientes de que no hay una sola persona igual a otra en prácticamente ningún aspecto, ¿por qué consideramos que hay un desarrollo común de las capacidades personales?. Además, ¿hasta qué punto este concepto puede ser dañino y actuar en perjuicio del propio alumno? Está claro que si tu caso ya es valorado como el de un "fracasado", tu motivación, que ya se por sí podía ser baja, puede decrecer más o incluso llegar a desaparecer. ¿Es esto un mecanismo de criba dentro de la sociedad, diferenciando aquellos que sirven y aquellos que no? 
Creo que iniciativas como las de la Fundación Tomillo son importantes, necesarias y dignas de admiración. Es una gran oportunidad para que estos jóvenes, que en cierta manera han sido repudiados por el sistema tradicional, se marquen unos objetivos y consigan alcanzarlos. Esto no quiere decir que todos vayan a aprovechar la oportunidad o que todo vaya a salir a pedir de boca pero al menos hay gente que no se rinde y que quiere un futuro mejor para otros. 

En cuanto a la actividad en sí misma, a mí me ha tocado valorar si se le da mucha importancia al proyecto curricular. En el caso de este centro de Carabanchel el cuerpo docente lo tiene claro: su trabajo es más "educativo que curricular". Esto quiere decir que no interesan tanto los contenidos académicos. Para ellos, no hay ningún problema en parar la clase si en un determinado momento surgen conflictos entre los alumnos. Son conscientes de que al finalizar el cuero no van a haber terminado la programación para el año académico, pero no les preocupa ya que no es algo que tenga prioridad. Insisten en que su objetivo es el de dar más tiempo a la formación del individuo frente a la del grupo y por ello se preocupan por los jóvenes y por su entorno ya que si no sería imposible enseñarles.
Es cierto que en el sistema educativo siempre se da mucha relevancia a los contenidos, sin embargo, ahora están surgiendo nuevas ideas que promueven un sistema más cercano al que plantea este centro de Carabanchel. Es decir, preocuparse más por el entorno de los alumnos, por sus necesidades personales y por su formación como personas. También hay quienes opinan que en un instituto lo principal deberían ser los conocimientos, pero que ello no quita para que el profesorado se preocupe por sus alumnos. ¿Es posible un encuentro entre estas dos posiciones? ¿Es posible valorar y tener en cuenta el bienestar general del alumno y que ello no vaya en detrimento de los contenidos? ¿Es esto importante para combatir el fracaso escolar? El debate está abierto.


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