Políticas (educativas)
En esta nueva actividad se nos presentó el tema de las políticas educativas, tomando como punto de partida los objetivos establecidos por el Consejo de Ministros en vistas a la década 2010-2020.
En nuestro caso, el objetivo (3) trabajado atendía a la flexibilidad del sistema educativo, los estudios postobligatorios y la educación a lo largo de la vida. A partir de esta premisa fuimos elaborando una serie de puntos que creemos necesarios para cumplir el objetivo marcado.
En primer lugar, entendimos el concepto de educación como algo que se debería trabajar a lo largo de la vida y no solo en las primeras décadas de la misma. Esto es así por dos motivos fundamentales: el primero es que, dentro de una actividad laboral, los conocimientos irán ampliándose o incluso variando a lo largo de los años, por lo que no cabe duda que sería necesaria una actualización constante; y el segundo se enfoca más a la posibilidad de comprender la educación como algo necesario y gratificante a lo largo de toda la vida, no solo enfocándolo laboralmente, y que dejara de ser visto como algo que se debe dejar de hacer al alcanzar una determinada edad. En relación a ese primer aspecto, y aplicándolo al campo de la docencia, pensamos que una medida importante sería la de una especie de "cursos de reciclaje" para profesores. Pero estos cursos no solo servirían como una revisión de conocimientos académicos sino también de métodos de enseñanza o de accesibilidad a ese alumnado que está englobado en una sociedad en constante cambio. Para esa segunda visión de la educación a lo largo de la vida no redactamos ningún asunto concreto, sin embargo, bajo mi punto de vista debería de hacerse más accesible el acercamiento al sistema educativo por parte de todas aquellas personas que, independientemente de su edad, quieran participar (o volver a ) de él.
Este último tema del que he hablado también podría enmarcarse dentro de otro aspecto de los objetivos, que es el de flexibilización. Creo que es innegable que el sistema educativo es un ente significativamente rígido, bastante regulado y reacio a ciertas aperturas. Existen unos lugares fijos, un público concreto, unos métodos bastante concretos,... Una de nuestras propuestas pasa por unirlo con la experiencia laboral. Hasta ahora, si alguien requiere de una titulación la única manera de conseguirla es recurrir al sistema educativo. Sin embargo, y estoy segura de que muchos conocemos casos, muchas veces las personas con experiencia laboral en un campo concreto no poseen una titulación que acredite ciertos conocimientos, titulación que, por otra parte, muchas veces es exigida dentro del mercado laboral. Creemos que podría ser posible una compatibilidad entre la expedición de títulos y la demostración de cierta experiencia laboral y de sus conocimientos.
Al buscar información sobre este afán por la flexibilización del sistema escolar también he encontrado artículos que hablan sobre el homeschooling, o lo que es lo mismo, tener las clases en casa o fuera de un centro educativo. En España no contamos con esta opción pero en países como Estados Unidos el porcentaje de alumnos que eligen dicho sistema aumenta cada año. Sin embargo, a mí no me convence el homeschooling por diversos motivos: regulación de los conocimientos a impartir, seguimiento de los mismos, garantías de aprendizaje, dogmatización, carencias sociológicas del alumnado ya que no convive con los otros, etc.
Algo que me llama la atención y me preocupa, y que es lo que envuelve todos estos objetivos, es el hecho de que dependan de la iniciativa de políticos. En un mundo ideal, en el que la política significara debate, comprensión y trabajar por el ciudadano, esto no supondría un problema. Pero bien sabemos que esto no es así en la vida real y que muchos (por no decir todos) los cambios que se producen en las políticas educativas dependen de la voluntad del partido de turno. Y esta voluntad no está basada en la verdadera calidad educativa, sino en las distintas ideologías y apetencias de los partidos. Me preocupa porque todo el sistema educativo está en manos de políticos a los que, al menos en estos momentos, parece importarles poco la calidad del sistema educativo.
Algo que me llama la atención y me preocupa, y que es lo que envuelve todos estos objetivos, es el hecho de que dependan de la iniciativa de políticos. En un mundo ideal, en el que la política significara debate, comprensión y trabajar por el ciudadano, esto no supondría un problema. Pero bien sabemos que esto no es así en la vida real y que muchos (por no decir todos) los cambios que se producen en las políticas educativas dependen de la voluntad del partido de turno. Y esta voluntad no está basada en la verdadera calidad educativa, sino en las distintas ideologías y apetencias de los partidos. Me preocupa porque todo el sistema educativo está en manos de políticos a los que, al menos en estos momentos, parece importarles poco la calidad del sistema educativo.
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