El conflicto en las aulas ¿una forma de aprender?

Para esta entrada se nos propuso visualizar un vídeo de Xesús Jares en el que habla de los conflictos y dar nuestra opinión respecto a lo que dice.

Yo estoy bastante de acuerdo con lo que Jares defiende: se puede aprender a través de los conflictos en el aula, ya que por sí mismos no tienen que por qué ser algo negativo. Hay algo que se dice en el vídeo que me parece muy significativo y es que, según Jares, incluso los alumnos universitarios entienden la diversidad de opiniones y enfoques de sus profesores como algo malo. En mi opinión, tiene toda la razón. 

En primer lugar, ya entendemos la propia palabra (conflicto) como algo malo. Sin embargo, si buscamos su significado podemos ver que algunos de sus sinónimos son "debate" o "materia de discusión". 

Por lo general, en las aulas se evitan estas situaciones. Y si, como dice Jares, esto pasa en la universidad cómo no va a pasar en secundaria. La mayoría de los profesores ven el conflicto como algo que no es necesario en sus clases, que hay que evitar ya que solo genera problemas y pérdidas de tiempo. Pero esto no es así. Si de algo podemos aprender es del conflicto, entendido como debate o contraposición de ideas y siempre desde el respeto. No debemos difundir entre nuestros alumnos la idea de que todo es como viene dado, sin pensar más allá. La vida no es así. La política no es así. La vida laboral tampoco es así. Y no pasa nada. 

Evitando estos conflictos lo único que creamos en indiferencia y pasividad. Cuando a nuestros alumnos se les presente una situación de conflicto no van a saber actuar, porque nunca han tenido que enfrentarse a ella. Es posible que sea algo incómodo de primeras, ya que encontrarte con gente con una opinión distinta a la tuya siempre crea ciertas reticencias, pero es necesario. Incluso conflictos más serios, como son los de comportamiento, nos hacen aprender. Repito, esto esta presente en todos los aspectos de la vida y hay que sacar algo de ello.

Lo que está claro es que la profesión docente, por su propia naturaleza, consiste en buena parte en lidiar con estos conflictos. Por lo tanto, ignorarlos no sirve de nada. Es cierto que, tal y como se plantea en el vídeo, la preparación de los docentes para ser capaces de enfrentarse a estas situaciones es escasa o nula y muchas veces depende de su personalidad o capacidades. Pero esto no nos quita responsabilidad ya que va en nuestro trabajo.

De esta forma, todos podemos colaborar en el aprendizaje de los demás.





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